Muchos niños y adolescentes se sienten muy presionados por las notas de sus exámenes, ya sea porque hay competición entre los compañeros o porque sus familias los presionan demasiado. Pero seamos sinceros, ¿queremos hijos de 10 o hijos que se esfuercen y sean felices con sus resultados?
Muchos niños tienen miedo de suspender, y van aterrados al examen, como si una u otra calificación lo fuera a ser todo. Cuando los padres ponen toda su atención en la nota, es muy posible que estos y sus hijos queden defraudados, pero… ¿Y si no valoramos sus notas, que podemos hacer?
La calificación que pone un profesor está influenciada por múltiples factores, y por esta razón la mejor manera de valorar a tus hijos no es por un simple número, sino por el esfuerzo que ha realiza para obtenerlo.
Si tu hijo se esfuerza y no llega a un aprobado, quizás es el momento de replantearse si les exigimos unas metas demasiado duras, pero si por la contra, tu hijo saca buenas notas sin esforzarse, quizás hay que exigirle más.
Seguro que se te ocurren ejemplos de niños que dedican una o dos horas de estudio cada día y que pese a eso, no destacan demasiado y que otros, pese a dedicar una hora de estudio la tarde antes de un examen, presumen de grandes calificaciones. ¿Realmente es esto justo?
Por esta razón, debemos valorar el esfuerzo que están haciendo, de esta manera conseguirás motivar y premiar lo verdaderamente importante, que tus hijos sean responsables y trabajadores.
¿Eres de los que motivan a su hijo?